¿La carne cruda es peligrosa para los perros? ¡Todo lo contrario! Descubre por qué su cuerpo está diseñado para digerir alimentos crudos y naturales de forma segura y saludable.

La alimentación cruda no es una moda, es una necesidad biológica
Durante años, nos han dicho que los perros deben comer croquetas, pepitas o alimentos cocidos para estar “seguros”. Pero la ciencia y la biología canina nos demuestran que su sistema digestivo está perfectamente adaptado para consumir carne cruda, tal como lo hacían antes de la domesticación.
Aquí te explicamos 5 razones por las que tu perro SÍ puede —y debe— comer una dieta cruda y natural.
1. Los perros son carnívoros facultativos
Aunque se han adaptado a vivir junto al ser humano y comer lo que les damos, los perros siguen siendo carnívoros facultativos.
Esto significa que su organismo está diseñado para digerir y nutrirse principalmente de carne, aunque pueda tolerar algunos alimentos no cárnicos.
Su evolución como descendientes directos del lobo los ha dotado con la capacidad de procesar eficientemente tejidos animales crudos, huesos y órganos.
2. Su dentadura está hecha para desgarrar carne
La forma y disposición de los dientes caninos en los perros revela mucho sobre su alimentación natural.
Sus colmillos afilados y molares puntiagudos están diseñados para desgarrar fibras musculares, no para masticar vegetales o cereales.
A diferencia de los herbívoros u omnívoros, que tienen molares planos para triturar plantas, los perros no están diseñados para moler granos ni alimentos duros procesados.
3. Movimiento mandibular cortante, no moliente
La mandíbula del perro solo se mueve de arriba hacia abajo, en un patrón vertical que permite cortar y desgarrar alimentos.
No tienen la capacidad de moverla lateralmente como los omnívoros, por lo tanto, no pueden masticar cereales o alimentos duros como lo haría un humano o un cerdo.
Este tipo de masticación es otro indicador claro de su naturaleza carnívora.
4. Su estómago es extremadamente ácido
El pH gástrico de un perro en ayunas puede llegar a niveles entre 1 y 2, lo cual es tan ácido como el ácido clorhídrico.
Esto le permite digerir huesos crudos y destruir la mayoría de las bacterias patógenas, como la salmonella o el E. coli, que podrían estar presentes en alimentos de origen animal.
👉 Esta acidez actúa como una barrera natural frente a infecciones y facilita la rápida descomposición de proteínas y grasas.
5. Intestino corto = menos fermentación y eliminación rápida
El intestino de los perros es simple, liso y corto (alrededor de 3 veces la longitud del cuerpo), diseñado para procesar rápidamente la carne y expulsar residuos.
Esto reduce el tiempo de permanencia de microorganismos, evitando fermentaciones dañinas que podrían causar enfermedades.
A diferencia de los herbívoros u omnívoros, que necesitan fermentación intestinal para digerir fibra o granos, los perros no están hechos para eso.
Conclusión: sí pueden, y deberían comer WARF RAW FOOD
Todos estos factores fisiológicos —dientes, mandíbula, pH estomacal e intestino corto— indican que la dieta ideal de un perro es rica en alimentos crudos de origen animal, tal como lo es la dieta BARF (Biologically Appropriate Raw Food).
En WARF RAW FOOD, formulamos menús crudos completos y balanceados, adaptados a su especie, etapa de vida y condición médica.
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